Una separación es muy dolorosa para la pareja, esa culpa o soledad es transferida a un hijo, poniéndole toda la atención, el hijo, inconscientemente tiende a sacrificar su vida personal, al igual que la madre le pasó en el pasado.
Primero es prioritario entender que los hijos son prestados. Tenemos que aprender a “dejar ser” a nuestros hijos y aprender a ser felices SIN ELLOS Y CON ELLOS.
Esta actitud interior no es más que una 'FE MADURA', es decir, entender que la vida es muy corta para obligar a alguien a que te "salve de tu carencia de amor". Confiar en esa Sabiduría Superior Interior que nos guía a todos, siempre.
Comenzar a sentir paz y libertad interior, promueve que todos anhelemos lo mismo, no es posible alcanzarla queriendo tener control sobre la Vida de los demás.
Esta maternidad queridas Mamás, es el siguiente nivel, implica soltar nuestros miedos y expectativas acerca de nuestros hijos y asumir las propias decisiones como ADULTOS que somos LOS PADRES.
Entonces, no nos inmiscuimos en la vida de los hijos cuando ya son adultos, pero lo que si podemos hacer es mantener nuestros brazos abiertos para que vengan cuando ellos lo necesiten, con la seguridad de que encontrarán unos brazos amorosos para apoyarlos.
